Introducción al
Design Handbook
En Mendesaltaren, diseñamos para crear comunidad. Desde los inicios, hemos estado desarrollado una forma consciente de trabajar y de pensar. Las experiencias de nuestro equipo han sido clave para definir quiénes somos, y esa identidad va más allá de nuestro propio entorno.
Este manual nace de esa práctica. Surgió cuando, en plena etapa de crecimiento, vimos la necesidad de explicar nuestro enfoque a nuevos compañeros, clientes y a nosotros mismos. Como dijo Kenya Hara, escribir sobre diseño también es diseñar. Por eso, este manual pone en palabras una forma de trabajar que llevamos años compartiendo de manera natural. Pronto se convirtió en una herramienta útil para todo el estudio. Lo que empezó como un manual de diseño de producto ha evolucionado hacia una visión más amplia del diseño, que va más allá de las definiciones tradicionales.
Compartimos el Design Handbook con la comunidad como una herramienta que refleja nuestras interacciones con clientes y la sociedad. Su utilidad se enmarca en la relación entre Mendesaltaren y la comunidad de diseño más amplia a la que pertenecemos. Aunque ya no estamos en la era de los grandes tratados, como decía Maldonado, sigue siendo valioso revisar críticamente las ideas que los inspiraron.
El manual se divide en varias secciones: desde fundamentos teóricos hasta principios, métodos prácticos y reflexiones basadas en la experiencia. La primera parte establece las bases teóricas de nuestra identidad y práctica, situando al estudio en el contexto de la cultura y la comunidad, a través de dos pilares: ética y estética, y cómo se aplican en la práctica.
A partir de ahí, desarrollamos nuestros principios y métodos de trabajo. Hablamos de cómo entendemos la cultura, la comunidad y los principios éticos que guían nuestro trabajo. También exploramos el papel del diseñador y del diseño como una actividad estética. Las últimas secciones profundizan en estas prácticas, incluyendo reflexiones sobre gestión y estrategia, así como estudios de caso y metodologías para branding, diseño de producto, sistemas de diseño, operaciones de diseño y motion.
En mendesaltaren, creemos que es esencial tener una base teórica para reflexionar sobre nuestras prácticas desde una perspectiva ética y estética. A menudo, se ve el diseño como algo práctico y funcional, sin considerar su dimensión material e histórica. Pero la ética también puede existir dentro del sistema económico y cultural en el que trabajamos.
Autores como Ariel Guersenzvaig, en "The Goods of Design", y Nigel Cross, en "The Nature and Nurture of Design Ability", han abordado cómo el diseño y la ética se entrelazan en la toma de decisiones. Sin embargo, estas perspectivas a veces ignoran una visión más histórica y materialista, como la de Jorge Fragua, que plantea que la ética en el diseño está condicionada por el mercado y el sistema capitalista. Desde esta perspectiva, todo acto ético en el diseño se convierte en una cuestión estética o ideológica. En este contexto, definir qué es la cultura, la cultura empresarial y el papel del diseño y los diseñadores dentro de ella, confirma lo que Adorno señaló: ninguna teoría puede escapar al mercado. La cultura se convierte en una mercancía, y el diseño es tanto cultura como producto.
Por eso, es importante distinguir entre la idea de comunidad, basada en una cultura compartida, y una mera agrupación sujeta a las dinámicas del mercado. Como decía Lukács, es en este campo compartido de conocimiento donde el individuo encuentra sentido en su comunidad. A través de la acción, moldeada por la cultura y los intereses compartidos y personales, se forma una relación ética y estética que se refleja en las expresiones cotidianas de las personas involucradas. Compartir es lo que impulsa a mendesaltaren. Solo a través de la experiencia y el conocimiento de nuestros miembros encontramos sentido. Con el Design Handbook, seguimos la máxima de Lyotard. En la tradición de contar historias, en la naturaleza narrativa del diseño, en la capacidad de contar, escuchar y crear, definimos la relación de nuestra comunidad consigo misma y con su entorno. Aquí desarrollamos nuestra condición ética, como una estética, dentro de nuestro contexto económico y cultural.
Como dijo Kurt Lewin, nada es tan práctico como una buena teoría. Toda práctica de diseño ocurre a través del diseñador, moldeada por la cultura y la comunidad de la que forma parte. Eso da forma a su identidad e influye en lo que crea. Es en la reflexión crítica sobre estas prácticas narrativas donde la comunidad debe centrar sus esfuerzos. Comprender la conexión entre la identidad del diseñador, su cultura y el sistema económico en el que existe su trabajo es clave para el crecimiento continuo de mendesaltaren, como exploraremos en la siguiente sección del Design Handbook.
Abrimos esta conversación e invitamos a la comunidad a cuestionar, construir y compartir formas más conscientes de diseñar.